El verano se acaba y se acaban también las vacaciones, las fiestas, las tapas, las barbacoas, las copas y las siestas. Y vuelven los madrugones, los atascos, las prisas, las horas extras, el frío, y los nuevos propósitos.
Tal vez los excesos te han pasado factura este verano y quieres remediarlo, o simplemente quieres un cambio más saludable para tu vida y empezar a hacer ejercicio físico. Si tu propósito es crear un hábito que perdure en el tiempo y no abandonar a las primeras de cambio, tienes que tener en cuenta algunas cosas:
- Haz un esfuerzo. No tienes que sacrificarte ni machacarte, pero debes poner los cinco sentidos en lo que haces y perseverar. Intentarlo es el comienzo.
- Márcate un objetivo. Sea cual sea tu meta debes tenerla clara. Eso te ayudará en los momentos de flaqueza cuando te preguntes porqué lo estás haciendo.
- Ten paciencia. El plazo para integrar una actividad nueva en tu vida es como mínimo de 66 días. Como mínimo. Eso quiere decir que podrías tardar más pero nunca menos.
- Disciplina. Es importante ser disciplinado. Saltarte las actividades que has programado es autoengañarse y faltar al compromiso que has adquirido contigo mismo.
- Planifica tu actividad. Escoge la actividad que vas a hacer y planea semanalmente los días y las horas de entrenamiento con antelación.
- Busca ayuda profesional. Si tienes claro tu objetivo, pero no sabes qué ejercicios hacer, o cuántos días entrenar, apóyate en un entrenador que te guíe y aprende tanto como puedas.
- Invierte tiempo. Un entrenamiento o actividad te puede ocupar como mucho una o dos horas diarias. Seguro que eres capaz de encontrar entre tres y seis horas a la semana para conseguir lo que quieres.
- Fuera excusas. Frases como “no tengo tiempo”, “no es para mí”, “me da vergüenza”, “mañana empiezo”, “no tengo ganas” …están fuera de lugar. Más si cabe cuando pasas la vida pegado al móvil, a la Tablet o viendo series en netflix. Mañana es ahora.
Hay que vencer ciertas barreras y resistencias. El ser humano está diseñado para economizar esfuerzos, y cuanto menos haces menos quieres hacer. Al comenzar un programa de ejercicio, las agujetas y el cansancio te gritarán con todas sus fuerzas que abandones. Si cedes, habrás cedido el control de tu cuerpo y tus emociones y perderás. Aprieta los dientes y resiste por que merece la pena.
Tras el pesado telón de la adaptación se esconde un modo de vida que está esperando a que lo descubras, y una vez lo hagas no querrás abandonarlo. Tu salud física y mental sin duda lo agradecerá. Si no lo intentas ya has perdido, así que inténtalo porque tienes mucho que ganar.
Phillippa Lally, Cornelia H. M. van Jaarsveld, Henry W. W. Potts, Jane Wardle (2019). How are habits formed: Modelling habit formation in the real world.